martes, 15 de julio de 2008

Auto sabotaje

¡Ah! Mi calidad de disperso me tiene en desventaja frente a tu rechazo. Siempre he sido defensor de la razón por sobre el sentimiento y ahora mi imaginación me traiciona; aquella que es tan parte de mí que me conoce y sabe cómo hacerme daño. Te pienso y veo en todos lados, a todo le pongo tu nombre y sangra mi corazón un poco más de lo que ya ha sangrado toda mi vida.
Pero esta sangre es más roja, y aún caliente mancha permanentemente mi alma y se pudre para prevenirme más dolor. Así es como el amor no correspondido se vuelve odio, un sentimiento en forma de pus que destruye la esencia de lo que alguna vez construiste en mi alma.
Nadie que haya amado ciegamente y haya sido abandonado puede negar mi postura.
Pero Dios, que es toda bondad, supo que algún día te iba a conocer y guardó en mi alma un antídoto: el perdón.
Ya quedará en mí perdonarte algún día, para poder vivir en paz.
Pero ahora me gusta beber el veneno que me das y sentirme morir, para que, cercano a la muerte, me aferre a la vida perdonándote...

No hay comentarios:

Publicar un comentario