jueves, 22 de noviembre de 2007

Pensamientos

De cuando vagaba por las calles y vi a una mujer gorda, más flaca:

Era poco más delgada que un barril y hasta esbelta. Caminaba solitaria por las calles, vestida de negro y en espera de monedas del bolsillo de algún caballero. Entonces me acerqué y pedí sus labios por una noche, a eso fui. Al día siguiente que la vi a la luz del amanecer con ese vestido rosado y el escote pronunciado cambié de parecer.
Entonces pensé:
En general uno enflaquece cuando viste de negro; y no porque la ropa haga milagros, sino porque no se alcanzan a distinguir las siluetas.

Nunca me regresó las monedas.

Carpio.

sábado, 17 de noviembre de 2007

El hueco

Mi corazón se ha ido y ahora queda un vacío que hace eco con mi respiración,
que trata de llenarse con humo de recuerdos que se desvanecen cuando respiro otra vez.

Qué vida la mía, ¡oh desesperación! has muerto y te has ido sin despedir. Por un lado te pierdo, por otro, nunca te tuve. Ahora que estás muerta eres más mía que cuando estabas viva. Pero tus labios que eran toda calidez, ahora reposan insensibles y fríos debajo de un vidrio que no se empaña. Entonces dibujo en el espejo tu silueta, aprovechando el vapor que nació de mi ducha, miro tus ojos y me doy cuenta con tristeza de que siguen siendo los míos.

martes, 6 de noviembre de 2007

Celos

Moriré lento hoy por la noche
Mi sangre correrá cual río furioso por mis sábanas blancas
Ahogando a su paso cualquier rastro y recuerdo de vida que habite en mi colchón
Incluyendo tu recuerdo