miércoles, 15 de agosto de 2007

Memorias de G.T. Carpio

Crecimiento
En el tan esperado día de mi cumpleaños número 12 recibo la noticia de que desde ese momento dejo de ser niño para empezar a convertirme en adulto. Lloré durante toda la noche pensando en mi desgracia, el hecho me frustraba y confundía: ¿cómo un niño puede dejar de ser niño?
Al día siguiente, sábado de gloria, agradecí a mi almohada por el consuelo, bajé al desayunador y pregunté a mi madre:
—mamá, ¿qué es un adulto?—
Me responde balbuceando con el cigarro en la boca y sin voltear
—tu padre y yo somos adultos—
Lloré durante una semana.
Actualmente, para mí, sigo siendo un niño...

No hay comentarios:

Publicar un comentario