Crecimiento
En el tan esperado día de mi cumpleaños número 12 recibo la noticia de que desde ese momento dejo de ser niño para empezar a convertirme en adulto. Lloré durante toda la noche pensando en mi desgracia, el hecho me frustraba y confundía: ¿cómo un niño puede dejar de ser niño?
Al día siguiente, sábado de gloria, agradecí a mi almohada por el consuelo, bajé al desayunador y pregunté a mi madre:
—mamá, ¿qué es un adulto?—
Me responde balbuceando con el cigarro en la boca y sin voltear
—tu padre y yo somos adultos—
Lloré durante una semana.
Actualmente, para mí, sigo siendo un niño...
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